PARA CONMEMORAR LOS 500 AÑOS DE COLÓN
La noche había perdido ya todo rumbo, me había unido a una de las facciones más duras que conozco dentro de la noche viguesa. El barco había zarpado y tirarse por la borda tampoco era plan, nos ibamos al Etro de cabeza y yo, sin querer era el que estaba izando las velas para ir más y más rápido.
En fin, por mi cabeza pasaba de todo, nada bueno ni hacía mi persona ni hacia el resto de tripulantes (los hermanos Pinzones), me preguntaba porque estaba volviendo a ese puerto al que no iba desde hace tiempo. Pero cual fue mi sorpresa que seguía siendo el lugar que yo recordaba. Fue como ese puerto al que todos los marineros quieren llegar tras la tormenta: clima tropical, viandas y manjares para todos y una calurosa bienvenida, acogidos como los hermanos que regresaban a casa tras pasar penurias en tormentas infernales. Estas tormentas tomaron ayer durante toda la travesía diferentes formas: desde bailes a ritmo de reggeton o chenoa, que hicieron que la vela mayor se rompiese hasta el Koala, que se metió en la bodega y casi acaba con las resevas.
Pero lo entendí todo, para llegar a buen puerto la travesía siempre es dura. Incluso se pierde parte de la tripulación, fue el caso de K por ejemplo, al que unos cantos de sirena embelesaron y se perdió en la inmensidad de aquel océano del Atlanta, o CH del que todavía no tengo noticias aunque creo saber de el, hace tiempo que visita una isla cada vez que zarpamos, le gusta, creo que se va a quedar allí, suerte en tu travesía, el barco nodriza siempre estará para que subas cualquier noche.
Y volviendo al caso, yo llegué donde inconscientemente quería llegar, nuestro barco ya no era el que zarpara, ahora CH, el Ti, Ne, C , S y yo habíamos tornado en PIRATAS DEL CARIBE que buscan el botín, yo lo encontré con ellos, me he convertido en un pirata, S me dió su parche, C su pata de palo, Ti el garfio, Ne las tibias y la calavera y CH el catalejo para ver más allá.
Como veis me lo pasé bien, y la foto la pongo para ilustraros, los que fuimos la vimos, y nos sentimos honrados, allí atracan los barcos grandes, donde parece que nada importa van y se preocupan más que nadie a horas que nadie en tiende por el bienestar del resto, que lujo y que gente maja.
Esta hazaña, una más, ya está en la historia, como Colón.